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Transformando mi espacio de costura blah en wow!

Cómo transformé mi reducido espacio de costura en una taller instagrameable, cómodo y funcional en menos de 1 m2 (durante una pandemia y con presupuesto limitado!)




Desde que empecé a coser en forma no veía la hora de tener un espacio de costura pero en mi casa pequeña no había lugar...


O eso pensaba yo!


Empieza con lo que tienes


Para las personas con necesidades creativas tener un espacio destinado a su arte que sea inspirador es algo esencial. Y no importa que tan pequeño sea el espacio en el que vivas, con un poco de creatividad, de adaptación y flexibilidad puedes tener el taller de tus sueños!

Una de las mejores cosas que me dejó el año pasado de confinamiento fue que, por fin, pude tener un espacio de costura. Como ya no salía a comprar tuve que adquirir mis materiales en línea, que vendían generalmente al mayoreo y pronto tuve más hilos y cierres de los que podía almacenar!

Para las personas con necesidades creativas tener un espacio destinado a su arte que sea inspirador es algo esencial. Y no importa que tan pequeño sea el espacio en el que vivas, con un poco de creatividad, de adaptación y flexibilidad puedes tener el taller de tus sueños!


No tengo espacio!


Para empezar por el mero principio no tenía ni espacio en donde pudiera ponerse. Le di mil vueltas tratando de encajarlo como juego de tetris. Así que lo primero que tuve que hacer fue quitarme la idea de que no había espacio. Al vivir en una casa pequeña las necesidades de espacio personal deben ser analizadas con lupa. El único lugar "libre" en casa era el espacio que yo le había hecho a mi hijo como lugar de juegos pero estaba en la segunda planta y me parecía poco probable que pudiera coser ahí.


Hay que trabajar con lo que tienes: un espacio es totalmente adaptable a lo que tu necesitas que sea y me di cuenta que no necesitaba otra casa más grande sólo un lugar donde pudiera colocar una silla y una mesa para mis máquinas.


En ese entonces tenía mi material regado por todos lados: hilos apretados en un cajón, las telas en repisas en la habitación de mi hijo, las máquinas en la mesa del comedor... Tenía que correr de una habitación a otra cada vez que necesitaba algo. Era todo un total desastre!

Un buen día se me ocurrió juntar todos los materiales y organizarlos juntos en unos libreros de la sala. Sí, hay que admitir que los hilos se veían algo raros exhibidos junto al comedor y a mi marido le tomó un par de días acostumbrarse pero al menos por ahora tenía todo en un mismo lugar y cerca de donde solía cosía.


Materiales


No hay espacio pequeño que no puedas transformar en algo que te funcione y que, sobre todo, te inspire.”

La mesa

El siguiente paso fue conseguir una mesa exclusiva para mis máquinas de coser para ya no tener que sacarlas y guardarlas en su caja cada vez que las usaba (o que era hora de cenar porque cosía en el comedor! Después de ver muchas opciones en línea que no me convencieron, me decidí por una mesa de madera rústica que vende en locales de madererías. Compre la mesa más angosta que encontré. Me parecía muy fea pero era super resistente, lo que siempre fue la prioridad para mí porque donde vivo tiembla y lo último que quería era tener que preocuparme porque las maquinas se cayeran a medio temblor! Justo a la semana siguiente que compré la mesa comenzó la cuarentena. Así que tuve que ingeniarme el resto con el material que tenía en casa.





El Pegboard

Debo confesar que siempre ví con mala cara los dichosos pegboard o paneles perforados. Pero después de recorrer todo Pinterest me di cuenta de que esa era la mejor opción para mi problema.

Arrumbada en un rincón del patio tenía una madera rectangular sin usar y un poco de resto de pintura de pizarrón negra en un bote.


Fue el DIY más rápido que haya hecho en la vida! Lo coloqué en la mesa detrás de las máquinas de coser, clavé algunos clavos y listo! Material a la mano y disponible 24/7 pero no me sentía muy inspirada con ese set up. Era funcional pero me parecía muy feo y además cuando cosía veía directo hacia la pared y me daba un poco de pereza.


Todo era muy bah!




Un día, vino a mi una epifanía materializada en un panel ranurado! Lo pedí en la tarde y para la mañana siguiente ya estaba en mi casa! Me pareció la opción perfecta para acomodar todo mi material de manera estética, a la mano y sin necesidad de hacer perforaciones en la pared cada que quisiera poner algo!


Cambié de lugar la mesa y el maniquí y listo... Tenía un pequeño cubículo de costura!


El estilo

Lo siguiente fue darle un poco de personalidad y estilo al panel. Como era de laminado no se podía pintar así que lo forré con papel contact de imitación madera. Pinté de negro las partes de madera comprimida y la mesa.





La Silla

El último toque fue la silla.

Escogí un vibrante color amarillo que le dio mucha personalidad al espacio y unió muy bien todos los demás detalles. Además de ser muy cómoda.



Y voila!

Cubículo de costura en 1 metro cuadrado.


Pasó de ser un: bueno, algún día tendré un espacio de costura bonito...

A un: I love it! Es el espacio más bonito de mi casa!



La mejor parte es que sea algo flexible. Si compro más cosas y necesito agregar algo nuevo puedo mover todo y poner algunos clavos o repisas con unos cuantos martillazos.











Ahora es un chiste local decirle a mi marido:

Ya me voy a mi cuarto de costura...

Y pasarme del sofá a la silla a 1 mt de él!

Así que, créeme, no hay espacio pequeño que no puedas transformar en algo que te funcione y que, sobre todo, te inspire.


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#coseresmisuperpoder

Estoy aquí para acompañarte en todas tus aventuras creativas.

En mi blog encontrarás tips y consejos de costura y en mi Instagram todo mi armario de ropa hecha a mano.

 

Espero que te quedes y te inspires!

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